La Nueva Gaviota, vuelve la esencia del Barrio Pesquero
Hacía tiempo que queríamos acercarnos por el Barrio Pesquero y lo hicimos en La Nueva Gaviota.
Aprovechamos una ocasión especial para volver al tipismo de un barrio de Santander que guarda con recelo sus señas marineras.
Nuestra idea era ir a Casa José. La última vez que fuimos, hace ya varios meses, nos encantó y queríamos repetir.
Es nuestro sitio de referencia pero estaba cerrado por vacaciones.
Buscando por internet supimos que también se había hecho con La Nueva Gaviota, además de con La Gruta de José, y decidimos ir a este lugar a probar.
Tres personas. Sábado al mediodía.
Sólo teníamos una cosa clara.
Queríamos marisco.
Habíamos reservado con tiempo y nos sentaron nada más llegar.
Pedimos mariscada, albóndigas de pescado (ahora mismo no recuerdo qué pescado era, rape o mero me quiere sonar) y unas navajas.
Navajas no tenían esa semana pero nos dijo el camarero que con la mariscada especial y las albóndigas teníamos suficiente.
Un tanto a su favor. Esas cosas son las que se tienen en cuenta cuando decides si volver o no a un lugar o si recomendarlo.

Mientras esperábamos nos trajeron una tapa de puding de cabracho con sus panecillos correspondientes.
Mariscada especial en La Nueva Gaviota
La mariscada especial de La Nueva Gaviota eran 75 euros con botella de Albariño (un centollo, un bogavante, zamburiñas, langostinos preparados de distintas maneras y cigalas).
Todo buenísmo. No pudimos ponerle pegas a nada. Si tenemos que hacer alguna mención especial esa sería el centollo. Exquisito.

Lo cierto es que sólo con la mariscada hubiéramos comido.
Las albóndigas estaban muy buenas también pero lo cierto es que ya las comimos sin ganas.

Con una mariscada especial para tres personas es más que de sobra.
De postres pedimos tres helados caseros (turrón, mango y naranja roja).
Muy buenos.
Casi casi tenemos que salir rodando.

Los nuevos dueños han hecho un lavado de cara a La Nueva Gaviota pero sigue siendo reconocible. La calidad de la comida sensacional y el trato de los camareros bastante correcto también. Agradables.
La cuenta ascendió a poco más de 100 euros. Un precio más que justo por la calidad y la cantidad de la comida.
No tiene nada que ver pero en Santander también hemos comido en Querida Margarita o La Bombi