Mesón La Bolera de Los Tojos
El Mesón La Bolera de Los Tojos es de esos lugares que, a pesar de haber evolucionado de aquel bar-tienda mítico de pueblo de sus orígenes, en los que se vendía un poco de todo, aún conserva parte de su esencia.
La Bolera es uno de esos sitios de referencia de los platos de cuchara y, más concretamente, como no podía ser de otra manera estando enclavado en plena comarca del Saja, de los platos de caza.

Cocina de caza
Cocina tradicional de Cabuérniga donde además de la comida cinegética, con las alubias con venado como estandarte, destaca también el cocido montañés, el lechazo y sus postres caseros.
Aunque han ampliado su comedor, siempre es recomendable reservar, especialmente los fines de semana, los festivos y en la temporada estival.
La experiencia
Domingo de diciembre. Frío y lluvioso.
Llegamos al Mesón La Bolera de Los Tojos con la intención de calentarnos el estómago con uno de esos platos de alubias con venado que nos han recomendado.
Antes, pedimos un par de vinos en la barra. Primera satisfacción: nos ponen unas aceitunitas de tapas.
Parece una tontería pero cuando en los bares te dan alguna cosita con tu consumición, bien sean frutos secos, aceitunas, patatas o una rodaja de pan con chorizo… comienzas a mirar el sitio con otros ojos. Deberían anotarlo todos los restauradores. No cuesta nada y es un plus que luego se tiene en cuenta.

En el perol
Segunda satisfacción: Que te pongan el perol para que tu te sirvas. Esto es una costumbre no sé si cántabra pero sí muy recurrente en los pueblos, que llama mucho la atención a los visitantes y que hay que intentar mantener.
Las alubias están deliciosas, tanto que nos es imposible pedir un segundo plato si queremos llegar a los postres, que nos han dicho que son también para alcanzar la gloria.
Contundentes, con una generosa ración de venado y esa espesura que da la olla a fuego lento, como antaño. ¡Exquisitas! Y a ocho euros la ración.

Pedimos tarta de queso (en realidad siempre que hay la opción, la tarta de queso es un pleno al quince en nuestra quiniela gastronómica. Es como aquellos que se fijan en las croquetas o esos otros que testan la calidad de un local por el estado de sus tortillas).
La tarta está muy buena, sí, pero si cuesta cinco euros la ración, así que es lo menos que se puede pedir. Es un mal endémico que se repite en muchos mesones y que creemos que se debería de revisar.
No acabamos de entender por qué los postres pueden subir tanto la cuenta de un local, costando en muchos casos tan poco.
Crema de orujo
Acabamos con un par de chupitos de crema de orujo.
El personal de Mesón La Bolera de Los Tojos muy agradable y los tiempos de espera buenos. No tenemos prisa por volver al frío y el local es acogedor, rústico y sencillo.

¿Repetiríamos? Sí, pero seguramente nos decantaríamos por un segundo plato y obviaríamos el postre.