Altamira presenta una exposición sobre el arte rupestre de India
El Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira, museo estatal del Ministerio de Cultura y Deporte, presenta la exposición temporal ‘Imágenes poderosas. El arte rupestre indio desde sus primeros tiempos hasta épocas recientes’, abierta hasta febrero de 2023.
La muestra, comisariada por la investigadora Meenakshi Dubey Pathak, recorre algunos de los enclaves con arte rupestre de la India a través de
paneles y una selección de piezas del Museo Nacional de Antropología de Madrid, también museo estatal del Ministerio de Cultura y Deporte.
India alberga un arte rupestre enormemente variado, tanto en sus características temáticas y técnicas, como en su cronología.

Se trata de un arte hasta ahora poco conocido por encontrarse en las profundidades de la selva, lo que ha permitido que su contexto se mantenga intacto, y sus tradiciones ancestrales vivas.
Los temas representados en este arte rupestre constituyen una gran fuente de información para entender cómo las personas que lo crearon se relacionaron con su entorno.
Asimismo, son un reflejo de los cambios históricos acontecidos a lo largo del tiempo, así como de sus creencias y prácticas.
Arte rupestre de India pintado y arte rupestre grabado
La India central es la zona más rica en muestras de arte rupestre pintado.
La mayoría de los yacimientos se encuentran situados en abrigos ubicados en cordilleras que destacan el paisaje.
Las colinas de Bhimbetka, con sus grandes masas rocosas, son un ejemplo de este tipo de localizaciones.
Se trata de uno de los núcleos más ricos del mundo en arte rupestre, y por ello entró a formar parte de la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO en 2003. A diferencia del arte rupestre europeo, entre sus abrigos se representan escenas de gran realismo con seres humanos y
animales salvajes, una temática que en este caso pertenece al Mesolítico.

De este mismo período, se encuentran otras representaciones que sí son comunes a las europeas como manos y signos.
Durante el Neolítico se comenzaron a representar actividades domésticas y agrícolas.
Por su parte, con la llegada de los imperios, desde la Edad del Hierro y hasta el periodo histórico medieval, el arte rupestre refleja una época turbulenta a través de personajes pertrechados con armas que representan guerreros.
Buen ejemplo de ello es el abrigo de Churna, donde aparecen guerreros con tocados y armas que luchan contra un león vestido y con cuernos.
El arte rupestre grabado domina en Ladakh, ubicada en la región del Himalaya.
En esta zona, son miles los petroglifos que se encuentran a lo largo de valles y riberas de los ríos realizados en grandes rocas oscuras, planas y lisas.
Los grabados más antiguos, de unos cinco mil años de antigüedad, representan escenas de caza de íbices, venados y yaks.
Hace unos dos mil años comienzan a aparecer innumerables figuras de chortens (un templo o estupa), testimonio de la llegada y difusión del budismo.
Junto a estos motivos seguirán apareciendo los íbices, una especie de cabra salvaje bendecida por el Gran Buda y símbolo de estatus y fertilidad.